EL PODER DE LA ORACIÓN

«No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel [príncipe de Dios]: porque has luchado con Dios y
con los hombres y has vencido» (Gén. 32:28).


Después que Jacob había prevalecido con Dios no tenía razón alguna para temer a Esaú. Y era el
poder de un solo individuo, puesto en juego en una ocasión de gran apuro. ¡Cuánto más poder
puede encontrarse cuando dos o tres personas se juntan para orar!

Aunque Jacob era un simple peregrino cansado, prácticamente un gusano que podía ser
fácilmente aplastado y pisoteado (Is. 41:14), sin embargo, por medio de la oración es tan
poderoso que vence al mismo Dios Omnipotente. - Thomas Brooks.

Cuán a menudo he visto a un niño pequeño rodear el cuello de su padre con sus brazos y ganar
con besos, ruegos y lágrimas lo que le había sido rehusado. ¿Quién no se ha sentido movido a
compasión por su importunidad cuando un animal mudo nos ha mirado con ojos suplicantes
pidiéndonos comida? ¿Es Dios menos compasivo que nosotros? - Dr. Guthrie.

Esta es la llave que nos ha abierto las puertas cerradas del cielo una y otra vez. Ha vencido
poderosos ejércitos y descubierto secretos que la misma agudeza del diablo no había podido
descubrir. Ha desbaratado complots en su mismo origen y hecho que los artefactos de crueldad
preparados contra los santos destruyan a sus propios inventores, siendo atados con las mismas
cadenas que habían preparado para otros. Al toque de la oración se han abierto puertas de
prisiones, la tumba ha dado sus muertos y el leviathan no ha podido digerir su presa, antes la ha
tenido que vomitar. - W. Gurnall.
***

No hay comentarios:

Publicar un comentario