En estos dias se ha difundido mucho esta imagen de la cruz de la catedral de Puerto Príncipe que quedó intacta despues del terrible terremoto que asoló el País de Haití, no sé si fué por casualidad, por voluntad de Dios o por el bien hacer del constructor pero de todas maneras, se puede sacar una lección de todo esto.
La cruz, que se levanta erguida como símbolo de salvación a todo aquel que cree. (Números 21)
En ella encontramos aliento y vida, la sangre de Jesús que fué derramada en aquella cruz es suficiente para todo aquel que cree; sube a la montaña más alta y baja al valle profundo. Como dice la canción:
¡Oh yo siempre amaré esa cruz!
"En el monte calvario estaba una cruz, emblema de afrenta y dolor, más en ella triunfante a la muerte venció y mi ser puede justificar, oh yo siempre amaré esa cruz, en mis triunfos su gloria será y algún dia en vez de una cruz, mi corona Jesús me dará"
"En la cruz, en la cruz lo primero vi la luz y las manchas de mi alma yo lavé, fué allí por fe, donde vi a Jesús y por siempre feliz con él seré."
Como la serpiente en el desierto fué levantada para que el pueblo de Israel mirando a ella pudiera ser sano de las picaduras de las serpientes, de igual manera cuando levantamos los ojos y miramos esa cruz podemos descansar en que él nos salvará de nuestros pecados y de la muerte que lleva consigo.
Los brazos de Jesús en la cruz son suficientemente fuertes para sostener nuestras vidas,¡acude a Él!
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