
Aunque hay veces en la vida en que parece que estás solo, e incluso es evidente, no solo que lo parece.
Todo alrededor, tus amigos tus planes, tus expectativas, todo aquello sobre lo cual habiamos edificado nuestro futuro, parece que se derrumba y nada queda.
Quizás ha sido un error nuestro o una decisión mal tomada, o una broma del destino, o simplemente la fatalidad o la casualidad, o el azar o qué se yo...El tema es que despues de tantos años parece que la historia se repite, que no hemos avanzado, que hay que empezar de nuevo a poner los fundamentos, y ¿Quien nos garantiza que el camino que ahora intento seguir es el mejor para mi? Solo puedo decir que no puedo dejar de luchar, aunque me equivoque, aunque vuelva a caer en el mismo error, al final me quedará la esperanza de que, igual que José, todo lo que me pasó Dios lo volvió para bien, y que algún noble propósito habrá con todo este conjunto de circunstancias entreveradas que he vivido y creido. Y que ¿Si El Señor es mi pastor... nada me faltará!
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