LA FUERZA MAS PODEROSA DEL UNIVERSO



 EL AMOR DE DIOS





Juan 21:17

Reina-Valera 1960 (RVR1960)
17 Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas.

“¿Me amas?” ¿Habrá una pregunta más difícil que pueda hacerte alguien que te importa? La misma implica que has hecho algo que sugiere lo contrario. ¿Cómo respondes con palabras cuando tus acciones se quedan cortas? “¿Me amas?” Las palabras deben haberse metido en lo más profundo del corazón de Pedro cuando Jesús lo probó. Había pasado algo más de una semana desde que Pedro abandonó a Jesús en su momento de mayor necesidad. Después de prometer que moriría por Jesús, los temores de Pedro lo vencieron.
A la hora de la verdad, demostró a todos que amaba más su propia vida que a la de su amigo. Jesús ya le había hecho la pregunta dos veces, refiriéndose a la mayor intensidad de amor que alguien podía ofrecer a otro. En ambas ocasiones, Pedro no pudo decir „te amo‟. En la danza verbal en que estaban metidos esa mañana a la orilla del Galilea, Pedro respondió con una palabra diferente en vez de la palabra „amor‟ que Jesús había utilizado. “Tengo gran cariño por ti, como hacia un hermano,” le respondió. No se nos dice por qué no pudo responder con la palabra que Jesús usó, pero es fácil asumir que su fracaso de aquélla noche pudo haber estado influyendo en la respuesta.
 Pedro sabía que no lo amaba tanto como había pensado, y posiblemente al enfrentar su negación intentó hallar una palabra que encajara más honestamente con sus acciones.
Cuando le pregunta por tercera vez, Jesús utiliza la palabra que Pedro estaba usando y que se refiere al afecto fraternal. A pesar de que Pedro responde afirmativamente, se sentía herido por el hecho de que le hubiera preguntado tres veces. Pero podemos ver lo imperturbable que estaba Jesús con sus respuestas. Las tres veces, invita a Pedro, más allá de su debilidad, a ministrar en su reino, “apacienta mis ovejas.” su mensaje es claro. Tú no has estropeado los beneficios. Tu error no ha cambiado nada entre nosotros. Sigues dentro de la familia.
Este intercambio es fascinante por un buen número de razones, pero probablemente lo más increíble no es la respuesta que busca por parte de Pedro, sino el simple hecho de que Jesús le hiciera la pregunta. ¿A qué dios le ha interesado nunca ser amado?

 EL DIOS QUE QUIERE SER AMADO
 ¿Me amas? Esta no es exactamente la pregunta que esperamos que Dios nos haga, y todavía así Juan la registra como una de las conversaciones más importantes que el Jesús resucitado tuvo con uno de sus discípulos.
El que lo preguntara más de una vez hace que nos enfoquemos aún más en- la pregunta. ¿Por qué Dios se preocuparía por ser amado? Es el Todopoderoso Dios, entronado en la presencia de miles de ángeles que le adoran. Puede exigir obediencia simplemente porque Él es el poder más grande en todo el universo. ¿Por qué estaría buscando el amor de Pedro? Parece mucho más cómodo cuando nuestras deidades transmiten miedo. Casi todos los ídolos y falsos dioses que el hombre ha creado buscan la sumisión de sus súbditos por medio del terror. Pero, ¿amor? ¿Qué dios falso ha querido jamás que lo amen? ¿Temido? ¡Sí! ¿Obedecido? Sí. Pero nunca amado.
Después de que su obra en la cruz fue completada, Jesús viene buscando amor, y lo busca de uno que le ha fallado estrepitosamente. ¿Pudo ser esto lo que Él más quería que la cruz produjera en sus seguidores? ¿Fue su muerte diseñada para dejar atrás los temores acerca de Dios y comenzar una nueva relación con ellos basada ahora en la intimidad del amor? ¿Qué más pudo ser? A través del Antiguo Testamento Dios frecuentemente se identifica a sí mismo como el Dios de amor y misericordia, pero pocos lo entendieron de esa manera.
Parece que sólo eran capaces de obedecerle bajo la amenaza de un juicio. Incluso les manda amarlo con todo su corazón, aparentemente el método utilizado negaba el fin ¿Puede el verdadero amor ser un mandamiento? Lo que Jesús buscaba de Pedro refleja lo que el Padre siempre ha querido de su pueblo, pero que raramente hemos comprendido. Desea el calor y la ternura de una relación llena de amor. Pedro no había perdido nada de esto. Si el poder de la cruz pudo borrar ese fracaso, entonces algo nuevo había sucedido realmente.
Jesús estaba invitando a Pedro a olvidar su caída para experimentar las profundidades del amor de Dios (para pasar a estar dentro de la fuerza más poderosa del universo). El amor se encuentra en el mismo centro de la naturaleza de Dios. De hecho, cuando Juan trata de resumir la sustancia de Dios, lo explica con una frase muy sencilla: “Dios es amor.” Quizás no podamos usar términos concretos para explicar todo lo que es Dios, y cómo Padre, Hijo y Espíritu se relacionan en unidad, pero lo que sí sabemos es que existen en un estado perfecto de amor.  Cuando ese amor te toque, descubrirás que no hay nada más poderoso en todo el universo. Es más poderoso que tus fallos, tus pecados, tus decepciones, tus sueños e, incluso, más poderoso que tus miedos. Dios sabe que cuando experimentes la profundidad de su amor, tu vida CAMBIA


Wayne Jacobsen

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