Entender cómo funciona la tentación es útil en sí pero aquí
tiene unos pasos específicos que necesita tomar para vencerla.
Rehúse dejarse intimidar.
Muchos cristianos son atemorizados
y desmoralizados por pensamientos tentadores y se sienten culpables de que no
están "más allá" de la tentación.
Sienten vergüenza de sólo el hecho de que son tentados.
Esto es un malentendido de la madurez Nunca crecerá más allá de la tentación.
En cierto sentido puede considerar la tentación como un
cumplido. Satanás no tiene que tentar a aquellos que ya están haciendo su
malvada voluntad; ya son suyos. La tentación es una señal de que Satanás lo
odia, no una señal de debilidad o de mundanidad. También es una parte normal de
lo que significa ser humano y de vivir en un mundo caído. No se sorprenda ni se
asuste ni se desanime por ello. Sea realista sobre la inevitabilidad de la
tentación; nunca será capaz de evitarla totalmente.
La Biblia dice, “Cuando
sean tentados,..." no si son tentados. Pablo aconseja, "Recuerden que
las tentaciones que entran en sus vidas no son diferentes de las que otros
experimentan."
No es un pecado ser tentado. Jesús fue tentado, sin embargo
nunca pecó. La tentación se convierte en un pecado solamente cuando se deja llevar
por ella. Martín Lutero dijo, "No es posible que evites que los pájaros
vuelen sobre ti, pero sí puedes evitar que hagan un nido en tu cabeza." No
puede impedir que el diablo le sugiera pensamientos, pero puede escoger no
hacerles caso o ponerlos en acción.
Por ejemplo, muchas personas no saben distinguir la diferencia
entre la atracción física o la excitación sexual, y la lujuria. No significan
lo mismo. Dios hizo a cada uno de nosotros un ser sexual y eso es bueno. La
atracción y la excitación sexual son respuestas naturales, espontáneas y dadas
por Dios a la belleza física, mientras que la lujuria es un acto deliberado de
la voluntad. La lujuria es la escogencia de cometer en su mente lo que le gustaría
hacer con su cuerpo. Puede sentirse atraído e incluso excitado sin escoger
pecar mediante la lujuria.
Muchas personas, especialmente hombres cristianos,
se sienten culpables de que sus hormonas, que fueron dadas por Dios, están
funcionando. Cuando notan automáticamente a una mujer atractiva, asumen que es
lujuria y sienten vergüenza y se sienten culpables. Pero la atracción no es
lujuria sino hasta que empiece a usar su imaginación.
La realidad es que cuanto más profundice su intimidad con
Dios, tanto más Satanás tratará de tentarlo. Desde el momento en que se convirtió
en un hijo de Dios, Satanás, como un jefe de la mafia, ha puesto un "contrato"
por su cabeza. Usted es su enemigo y él está tramando su caída.
Algunas veces cuando está orando, Satanás le sugerirá
pensamientos grotescos o malvados sólo para distraerlo y avergonzarlo. No se alarme
ni se sienta avergonzado, más bien entienda que Satanás teme a sus oraciones y
hará cualquier cosa para detenerlas. En lugar de condenarse diciendo,
"¿Cómo pude haber pensado semejante cosa?", trátelo como una distracción
de Satanás e inmediatamente vuelva a concentrarse en Dios.
Reconozca su
patrón de tentación y prepárese para ello.
Hay ciertas
situaciones que lo hacen más vulnerable a la tentación que otras. Algunas
circunstancias lo harán caer casi de inmediato, mientras que otras no lo
molestarán mucho. Estas situaciones son únicas a su debilidad y necesita identificarlas
¡porque Satanás ciertamente las conoce! El sabe exactamente qué lo hace caer y
él está constantemente trabajando para ponerlo en esas circunstancias. Pedro
advierte, "Estén alerta. El diablo está listo para embestir, y nada le
gustaría más que agarrarlos dormidos"
Pregúntese,
"¿Cuándo soy más tentado? ¿Qué día de la semana? ¿Qué hora del día? Pregúntese,
"¿Dónde soy más tentado? ¿En el trabajo? ¿En casa? ¿En la casa del vecino?
¿En un bar? ¿En un aeropuerto o en un hotel lejos de casa?" Pregúntese,
"¿Quién está conmigo cuando soy más tentado? ¿Mis amigos? ¿Mis colegas?
¿Un grupo de
extraños? ¿Cuando estoy solo?"
También pregúntese, ¿Cómo me siento usualmente
cuando soy más tentado? Puede que sea cuando está cansado o se sienta solo o
aburrido o deprimido o estresado. Puede que sea cuando ha sido herido o está
enojado o preocupado, o después de un gran triunfo o una gran experiencia
espiritual.
Debería de
identificar su patrón típico de tentación y después prepararse para evitar esas
situaciones lo más que pueda. La Biblia nos dice repetidamente que anticipemos
y que estemos listos para enfrentar la tentación.
Pablo dijo,
"No le
den al diablo una oportunidad." Planear sabiamente reduce la tentación.
Siga el consejo de Proverbios: "Planea cuidadosamente lo que haces...
evita el mal y camina directo hacia adelante. No te salgas ni un paso del
camino correcto."
"El
pueblo de Dios evita los malos caminos, y se protege al ver dónde camina."
Ruegue por
la ayuda de Dios. El cielo tiene una línea telefónica de emergencia de veinticuatro horas. Dios quiere que le pida
asisten
cia para que
venza la tentación. El dice, "Llámame en los tiempos de tribulación. Te
rescataré y me honrarás."
Yo llamo
esto una oración de cocina de "microondas" porque es rápida y sin
rodeos: ¡Ayúdame! ¡SOS! ¡Auxilio! Cuando la tentación lo ataca, no tiene tiempo
para tener una larga conversación con Dios; usted simplemente pega el grito.
David, Daniel, Pedro, Pablo y millones de otros han orado esta clase de oración
instantánea para recibir ayuda en la tribulación.
La Biblia
garantiza que nuestro clamor por ayuda será oído porque Jesús se identifica con
nuestra lucha. El se enfrentó con la misma clase de tentaciones que nosotros.
El "entiende nuestras debilidades, porque él enfrentó todas las mismas
tentaciones que nosotros tenemos, sin embargo, no pecó."
Si Dios está
esperando ayudarnos para derrotar la tentación, ¿por qué no nos volvemos a El
más seguido? Francamente, ¡algunas veces no queremos recibir ayuda! Queremos dejarnos
llevar por la tentación aún cuando sabemos que es malo. En ese momento pensamos
que sabemos qué es lo mejor para nosotros más que Dios. Otras veces nos
sentimos apenados de pedirle ayuda a Dios porque nos dejamos llevar por la
misma tentación repetidamente. Pero Dios nunca se pone irritado, aburrido o
impaciente cuando seguimos yendo a El.
La Biblia dice, "Hemos de tener
confianza, entonces, y acercarnos al trono de Dios, donde hay gracia. Allí recibiremos
misericordia y encontraremos gracia para ayudarnos justo cuando la
necesitamos."
El amor de
Dios es eterno y su paciencia dura para siempre. Si tiene que clamarle a Dios
doscientas veces al día para derrotar una tentación en particular, El todavía
estará ansioso de darle misericordia y gracia, por tanto acérquese con valentía.
Pídale que le dé poder para hacer lo correcto y tenga la expectación de que lo
proveerá.
Las
tentaciones nos mantienen dependiendo en Dios. Así como las raíces se hacen más
fuertes cuando el viento sopla contra un árbol, así cada vez que se opone a la
tentación se hará más como Cristo.
Cuando caiga
-- lo cual ocurrirá -- no es algo fatal. En vez de ceder o de darse por vencido
es mejor que mire a Dios, que tenga la expectación de que le ayudará y que
recuerde la recompensa que lo está esperando:"Cuando las personas son
tentadas y continúan siendo
fuertes, deberían de estar felices. Después de que han probado su fe, Dios los
recompensará con vida para siempre.
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