EL NOVIAZGO A LA LUZ DE LAS ESCRITURAS


 EL NOVIAZGO SEGUN DIOS.


En la juventud llega una de las etapas más hermosas y determinantes de la vida: el momento de decidir con quién casarse. Compartimos aquí la orientación básica con la que hemos acompañado a miles de jóvenes en nuestra tarea pastoral para que vivan éste período lleno de sentido. 
El noviazgo es un camino de preparación para el casamiento. No es una relación que tiene un propósito en sí misma. Pensar en un noviazgo sin proyectarse a la unión matrimonial resulta inadmisible para un discípulo de Cristo. Nadie debería ponerse de novio a menos que esté pensando seriamente en casarse. Esto no significa que todo el que se pone de novio esta obligado a casarse, pero sí debe tener esa sincera intención. El noviazgo es una etapa de mutuo conocimiento. Por lo tanto, si los novios descubren durante ese período que no son el uno para el otro, es mejor que se separen. El noviazgo es un camino que apunta al casamiento, pero no obliga al casamiento. No es un camino sin retorno. No así el casamiento, que es una relación definitiva.
El noviazgo es una relación entre un varón y una mujer para conocerse más profundamente, en el carácter, la personalidad, la manera de ser, la espiritualidad, la afectividad, los gustos, las costumbres, el proyecto de vida, los valores, con el propósito de descubrir en la voluntad de Dios, si el uno es para el otro. Es decir, es un período para que cada uno descubra y confirme si quiere casarse con esa persona; siendo ambos conscientes de que el
matrimonio es un pacto indisoluble hasta que la muerte los separe. Vale aclarar que el noviazgo es un período para conocerse personalmente, en todo sentido, menos sexualmente. La experiencia sexual vendrá recién cuando hayan hecho el pacto matrimonial ante Dios y la sociedad.

¿Dice la Biblia algo acerca del noviazgo?
No hay un texto bíblico que nos dé instrucciones acerca del noviazgo, pues es algo que depende de la cultura de cada época y de la costumbre de cada pueblo o sociedad. Pero en la palabra de Dios, sí hay principios eternos e inmutables. Por ejemplo: "Dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne"  (Génesis 2.24). La Biblia enseña que el hombre y la mujer tienen solo dos estados posibles: soltero/a o casado/a. Viudo/a es lo mismo que soltero/a, es decir que está solo y libre para casarse. El divorciado/a o separado/a delante de Dios
sigue siendo casado, pues ya ha sido declarado por Dios una sola carne.

¿Cuándo se debería iniciar un noviazgo?
¿Cuándo ponerse de novio? ¿A qué edad? ¿Cuánto debe durar el noviazgo? ¿Qué requisitos se debe reunir para ponerse de novio? Son todas preguntas que no tienen una respuesta única ni absoluta; las respuestas deben provenir del consejo de los padres y pastores, y cada caso debe ser considerado puntualmente. Pero como orientación general podemos dar algunas recomendaciones. Es importante que cada joven sepa que en la vida hay etapas. Eclesiastés 3.1, dice: "Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del sol tiene su hora". Y en el v. 11 señala: "Todo lo hizo hermoso en su tiempo". Todo joven debe preguntarse: ¿Esta etapa de mi vida es tiempo de iniciar un noviazgo, o es más bien un período en el que debo concentrarme en miformación humana (completar mis estudios, aprender un buen oficio, adquirir una profesión, ahorrar), y/o en mi formación espiritual (el discipulado básico)? La formación de una vida es como edificar una casa. Hay diferentes etapas en la construcción. No se puede poner el techo si no levantamos primero las paredes. No podemos poner las paredes si no echamos primero los cimientos. Y así… La persona se debe preguntar: ¿Tengo la edad y la formación necesaria para casarme de aquí a un tiempo no muy largo? Por eso desaconsejamos el noviazgo en la adolescencia.
Como principio general, decimos que este paso se puede dar cuando la pareja está en condiciones de casarse dentro de un plazo no muy largo. No es bueno ponerse de novio con demasiada anticipación al casamiento. Por dos razones: En primer lugar, la juventud es una etapa que requiere de esfuerzo y dedicación intensa para lograr una adecuada preparación para la vida, y como el noviazgo es una relación absorbente, esto ocasiona ciertas dificultades. Si una persona está estudiando, trabajando, ocupándose en la obra del Señor, y a ello se le agrega un noviazgo largo, no va a poder sacar el provecho debido a esa etapa formativa. En segundo lugar, se debe huir de la tentación. Si la pareja se ama, se ven mucho, pasan mucho tiempo juntos y tienen todavía un largo camino por recorrer antes del matrimonio, se generan impaciencias, deseos muy intensos de entregarse el uno al otro, conflictos y situaciones difíciles de controlar que, a su vez, producen remordimientos y recriminaciones mutuas. En lugar de ser una época de amor, de afecto verdadero, de pureza en el que se establezcan bases honestas para el matrimonio, para algunos es un período de pecado, de conflictos de conciencia, de sentimientos de culpa y decaimiento espiritual, pues al no tener en vista un casamiento cercano, pueden ceder más fácilmente a la tentación.

Aconsejamos en general que el noviazgo no dure más de 2 ó 3 años. Y si es menos mejor. Consideramos ese período como adecuado para conocerse y encaminar los preparativos para el casamiento. Algunos, por razones de estudio o de trabajo u otros motivos, quizás tengan que estirar el tiempo un poco más. Esto no es una ley, sino unconsejo. También se deben considerar los recursos económicos con que se cuenta, el trabajo, la vivienda, y cuestiones similares.

¿Con quién me debo casar?
La Biblia es muy clara al referirse con quién no debo casarme. En 2 Corintios 6.14-15 dice: "No os unáis en yugo desigual con los incédulos porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión, la luz con las tinieblas". Esto es obvio. Tiene que ser creyente, discípulo. Debe ser un yugo igual. Pero además de esto, que es básico, todo el que se quiere casar necesita descubrir con quién debe casarse. Es allí dónde cada uno debe buscar la voluntad de Dios para su vida. Algunas preguntas que pueden ayudar al joven (o persona mayor):
¿He orado lo suficiente para saber si tal persona es la voluntad de Dios para mí? ¿Recibí alguna respuesta de parte de Dios? ¿Conozco suficientemente a esa persona como para proponerle noviazgo? ¿He consultado con mis padres? ¿Pedí consejo a los pastores o líderes? ¿Las personas que me conocen y me aman, qué me aconsejan? ¿Ven que esa persona es apropiada para mí? ¿Me sentiría orgulloso/a de presentar a mis amigos y familiares a esa persona como mi novio/a?
En el matrimonio hay dos aspectos que se deben tener en cuenta, y los dos son importantes: el humano y el espiritual. El aspecto humano tiene que ver con la cultura, la formación, las costumbres, el estilo de vida, la madurez, y cosas semejantes. El aspecto espiritual tiene que ver con su experiencia con Dios, con sus creencias y convicciones profundas, con su grado de compromiso con Dios y la obra, con las metas y objetivos de su vida, con su proyecto de vida y con su vocación. Es importante que los novios consideren y evalúen si en todos estos temas, tanto los que pertenecen al plano humano como al espiritual, hay entre ellos coincidencias. En otras palabras, si realmente son el uno para el otro.

¿Cómo ponerse de novio?
Cuando exista un interés mutuo, sugerimos que se encare una primera etapa corta a la que podríamos llamar un periodo de amistad, o como dicen algunos “amistad con propósito”. Esto es para conversar en un plano más personal. Pueden salir juntos con el conocimiento de sus padres y responsable de hogar o pastor. Eso no significa que ya estén de novios; estarán "saliendo" para conversar en un plano mas concreto. Si en este tiempo las cosas marchan bien, concretarán su noviazgo. En caso contrario, terminarán con la relación. No tenemos pautas bíblicas para el noviazgo actual, ya que la cultura y las costumbres con respecto a él han variado mucho desde esa época. Lo importante es no quebrantar en ninguna manera los principios generales de la Biblia en cuanto a santidad y rectitud moral de la relación hombre-mujer.

Isaac conoció a su esposa el día en que se casó con ella. Fueron presentados e inmediatamente se unieron en matrimonio, sin noviazgo previo. En los días del Nuevo Testamento, los judíos practicaban el desposorio. Un hombre se casaba legalmente con su mujer, pero no convivía con ella hasta el día de la boda, que se realizaba algún tiempo después. Quizás el propósito de esto era formalizar el matrimonio antes de embarcarse en los muchos preparativos y gastos que involucraba un casamiento. Entonces se procedía a la realización de las bodas. José y María estaban en esa situación de desposados cuando el ángel se apareció a ella anunciando el nacimiento del Salvador. En estas épocas más recientes, el "compromiso" era también un vínculo fuerte, casi equivalente al desposorPero todas estas cosas son costumbres y tienen un valor relativo. Básicamente, entendemos que el noviazgo actual debe ser una relación progresiva. Comienza con una etapa de amistad. Si esta resulta positiva y hay acuerdo, se inicia el noviazgo. Si los novios quisieran luego comprometerse, esto queda librado a su gusto. En esto, es bueno considerar también las costumbres y deseos de los padres.

¿Cuál debe ser el trato físico durante el noviazgo?
La gente que vive sin Dios considera que durante el noviazgo toda experiencia sexual está permitida si ambos están de acuerdo. Obviamente un hijo de Dios tiene otras pautas de vida. Queremos compartir algunos principios generales, que evitarán a los jóvenes que esta etapa tan importante les resulte conflictiva. El noviazgo es un período muy hermoso de la vida como para arruinarlo con conflictos, de conciencia, sentimientos de culpa y pecado. De todo esto quisiéramos salvaguardar a nuestros jóvenes. Por eso es fundamental tener convicciones firmes antes de comenzar un noviazgo.
¿Cuáles son los límites del contacto físico? Este es un tema un poco difícil de establecer. Simplemente tomar la mano de la novia es ya un contacto físico, o pasarle el brazo sobre el hombro, o abrazarla. Nos preguntamos: ¿Hasta dónde puede llegar el contacto físico? ¿Hasta dónde es sano, es conveniente, es lícito? Queremos ser claros al respecto. Partimos de una base común: como cristianos admitimos que las relaciones sexuales están reservadas únicamente dentro del matrimonio. Hasta el día que se casen, los novios siguen siendo solteros para Dios y para la sociedad, es decir que aun no son "una sola carne". El noviazgo no es un estado civil intermedio con licencias sexuales intermedias. No existe el estado civil “novios”.
Muchos confunden relaciones sexuales con relaciones genitales. Creen equivocadamente que mientras no se llegue a una relación genital (un coito consumado) no han tenido relaciones sexuales. La relación sexual no se limita al coito ni comienza con él, sino con el llamado "juego del amor". Esto consiste en abrazos, besos, caricias y toques en las partes más sensibles del cuerpo que excitan a la pareja y la tientan a más y más. El juego del amor está reservado únicamente para el matrimonio, pues es la preparación y la excitación para llegar finalmente al coito. Los que se tocan, se besan apasionadamente y se excitan mutuamente, ya están entrando en el terreno de las relaciones sexuales pues se están relacionando sexualmente.

La Biblia habla en contra de las pasiones desordenadas (Colosenses 3.5). El impulso sexual no es pecado, pero sí lo es, el excitarlo antes del matrimonio, ya que es en una pasión desordenada, es decir, está fuera del orden establecido por Dios. Por otro lado, La palabra de Dios nos enseña a huir de las pasiones juveniles (1 Timoteo 2.22). Siendo que el deseo sexual se enciende fácilmente, mantenerse lejos de todo aquello que lo excita durante el noviazgo es lo recomendable. Las parejas que caen en fornicación, generalmente confiesan que no fue su intención llegar tan lejos. Todo comenzó de a poco... Pero llegó un momento en que la excitación se volvió irrefrenable. Es bueno también tener en cuenta que a veces los noviazgos se rompen, y no es justo ni digno de un hijo de Dios haber manoseado y haberse excitado con una persona que luego será la esposa o el marido de otro. De modo que todo contacto físico en el noviazgo tiene que estar limitado a una expresión de cariño y  afecto, y no de iniciación de la pasión sexual. Hay besos como expresión de cariño, y besos apasionados que se deben evitar. El verdadero amor sabe esperar. El verdadero amor trata al otro en santidad y respeto.

Si alguien peca traspasando los límites, es importante la confesión, y el estar en luz con su pastor o discipulador, y sobre todo con Dios. La confesión tiene un doble propósito: Limpiar la conciencia de culpa, y proteger para no volver a caer. Es bueno decirle a los jóvenes: “No arranques la fruta verde porque la vas a malograr”. La impaciencia, el apuro, los deseos desordenados llevan a arrancar y comer la fruta verde. Sobrevienen, entonces, dos males: dolor por la mala conciencia y deterioro de algo que en su justo momento hubiera sido hermoso y feliz. Todo tiene su tiempo dice la Biblia. Hay tiempo de abrazarse, hay tiempo de besarse apasionadamente, y ese tiempo pertenece al futuro, cuando los dos sean una sola carne.

La juventud es una etapa de formación para la vida. El noviazgo es una etapa de preparación para iniciar una familia. Honrando a la novia o al novio, honrando nuestros cuerpos estaremos honrando a Dios. Es importante que los novios conversen previamente sobre este tema para reafirmar juntos las pautas del consejo pastoral sobre su comportamiento en lo que tiene que ver con los límites del contacto físico entre ellos. ¡Qué bueno es vivir el noviazgo de tal manera que luego, al estar casados, se puedarecordar el noviazgo coma una etapa hermosa y santa de la vida!

Jorgue Himitiam

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