Nosotros como hijos de Dios, tenemos una forma de vivir que dicta mucho de la forma en que vive el resto del mundo. No es que seamos mejores que ellos simplemente hemos gustado de los deleites de la vida venidera y la forma de pensar de este mundo ya no nos satisface tanto. Podemos disfrutar, por supuesto, de las atracciones y actividades de aquí abajo, pero nuestro corazon ya no está en ellas, sino que esperamos algo más. Una patria celestial donde mora la justicia, cosa que escasea en este mundo.
"No os pongais el molde de la manera de pensar de este mundo"
En el mundo impera una forma de pensar que es general en todas las personas y paises de este mundo, y generalmente esta filosofía no nos acerca a Dios, pone su énfasis en el hombre, su bienestar y gobierno sobre todo. El reino del Yo. Egoista y tirano. Sin embargo la forma de pensar renovada nos accerca más a Dios aunque ello conlleve un sacrificio personal de aquellas cosas que nos dan placer pero nos alejan de él.
"No quebrará la caña cascada..."
Somos como el pábilo que humea... todavía hay esperanza, aunque nos hallamos alejado de Dios en nuestra mente y hemos empezado a gustar de las cosas de este mundo llegará un momento en que tu conciencia y el Espíritu Santo te llevarán a un estado en que volverás a sentir el fuego en tu alma y veras las cosas de este mundo:
los deseos de los ojos, los deseos de la carne y la vanidad de este muindo como nada al lado de la superabundantes riquezas espirituales que trascienden este mundo, y que no solo nos harán disfrutar una vida plena aquí, con persecuciones, sino que tambien seremos eternamente felices en la otra vida.
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