El aire que respiro

 

Igual que el aire es Dios, a El nadie le ve pero lo podemos sentir en nuestro interior. Es más , sin el espíritu de Dios no podríamos vivir, espiritualmente hablando.

El aire que respiramos es lo que hace este planeta habitable, aparte del agua. 

Dios sopló en el hombre “aliento de vida” cuando lo creó del barro, y ese aliento espiritual, esa “inspiración” es lo que nos hace distintos de los animales. El nos hizo a Su imagen y semejanza, tenemos un alma y un espíritu el cual nos hace consciente de Dios, del mal y de nosotros mismos.

Muchos pretenden negar que hay vida espiritual en nosotros, para ellos somos simplemente un cuerpo con instintos animales, y estoy de acuerdo en que hay personas así que tienen el espíritu anulado y su única meta en la vida es trabajar, comer, procrear y divertirse. Pero otros se sienten que les falta algo, tienen un vacío en su interior y tratan de llenarlo con las cosas de este mundo, pero nada les sacia, porque solo Dios hace feliz al hombre.

Hay algo más elevado, que no vemos, pero que nos hace especiales, y eso es la relación con un Dios personal y único.

 El que nos ha hecho sabe mejor que nadie lo que necesitamos.


Somos seres espirituales, tenemos un sello divino que nos hace especiales y exclusivos en la cadena de la creación, y mientras antes nos demos cuenta de ello antes empezaremos a vivir la vida espiritual que tanto necesitamos, cerca de nuestro creador, recibiendo de él el poder para vivir una vida sobrenatural, llena de fe, de amor y de esperanza.

y cuando nuestra vida esté cerca de la muerte, podremos decir que nos está esperando una recompensa y nuestro cuerpo mortal se transformará en un cuerpo inmortal perfecto. Igual que el gusano que se arrastra por la tierra llega a transformarse cuando muere en una encantadora mariposa de colores que nada tiene que ver en su aspecto con él.


Busquemos las cosas de arriba, no gastemos el tiempo y la vida en cosas que nos alejen de Dios, porque al final la gente más feliz de la tierra son aquellos que saben de donde vienen y saben a donde van. Y viviendo una vida espiritual cerca De Dios van acabando con todo aquello que los hace infelices y esclavos.


Si vivimos en el espíritu seremos liberados de esta carcel del alma en la que vivimos. y viviremos en la libertad con que Cristo nos hizo libres.


Romanos 6.18-23



 

 

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