Salmo 32

"Te haré entender y te enseñaré el camino en que debes andar..."

Hay animales de carga domésticos más dóciles que otros. A algunos caballos, mulos o burros se le da una orden, entienden y obedecen al momento, están domados, amaestrados, enseñados, son dóciles. Sin embargo hay otros a los que les cuesta obedecer la orden de su dueño, tienen todavía esa naturaleza salvaje que les hace ser independientes e indomables, o simplemente son tercos como los mulos o los burros. En estos casos, el propietario del animal hace uso de un aparejo llamado cabezal para sujetar la cabeza del equino, y con el bocado y las riendas tira de él hacia donde quiere que vaya, pues estos aparatos le hacen daño si no obedecen.

Dios ha preparado para los que creen en él un camino de buenas obras, ha prometido guiarnos por el camino estrecho y nos da indicaciones claras de como andar en el, por medio de sus palabras escritas en el manual del creyente que es la Biblia. Si nos acercamos a Dios y obedecemos nos irá bien y llegaremos a feliz término pero si no obedecemos y no nos acercamos a El, entonces , como nos ama tanto y no quiere que nadie se pierda, usará las riendas y el bocado y como si fuéramos animales tercos nos acercará a la fuerza. Con cuerdas de amor, por supuesto, y ese acto de amor nos librará de males peores o de caer por algún precipicio que haya en el camino.

Sabias que las ovejas son animales poco inteligentes, y suelen enredarse en las zarzas del camino o caer por algún precipicio y donde va una van todas, por eso los pastores del Medio Oriente usaban la vara, para defenderlas de las serpientes y otros animales dañinos, y también tenían el callado, que era una especie de bastón con el extremo curvo con el cual las rescataban de caer en el hoyo agarrándolas fuertemente del cuello. "Tu vara y tu cayado me infundirán aliento" Salmo 23.

"No seamos como el caballo o como el mulo que han de ser sujetados con cabestro o con freno porque si no no se acercan a ti"Salmo 32

Seamos sabios y acerquémonos a Dios para alcanzar gracia y misericordia, dos ingredientes muy necesarios para andar por los caminos De Dios pelear la buena batalla y no caer ante el enemigo.

Que Dios te de entendimiento.


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