¡El tiempo, ese tirano!

Cuando era joven el paso del tiempo no me preocupaba mucho, incluso deseaba que pasase lo más rápido posible, las muchas actividades y la energía de la juventud hace que uno no se detenga a  considerar el paso del tiempo, pero este no se detiene, pasan los segundos, los minutos, las horas, los días, los meses, los años y  vemos como la mecha de la vida cada vez es más corta. Cuando uno llega a cierta edad, ya ve la vida a cámara lenta y sabe que le queda menos tiempo por vivir que el ya vivido, y ahora es cuando se pone uno a pensar qué ha hecho con su vida.

El tiempo es un tesoro que se nos ha dado a todos por igual, las riquezas y los talentos no, pero el tiempo es el mismo para todos, y de nosotros depende si lo estamos invirtiendo bien o no.

Muchos pasan por este vida sin dejar ninguna huella, han vivido una vida mediocre, natural, sin sentido de eternidad, trabajando duro quizás o atesorando riquezas pero sin verdadera felicidad, otros se han pasado la vida sembrando, sembrando buenas obras, buenos ejemplos, administrando sus talentos, amando, dando con alegría, disfrutando cada momento, admirando, pensando que están aquí de paso, y que todo lo que hagan o dejen de hacer aquí en la tierra repercute en la eternidad. Somos seres eternos, hechos a la imagen de Dios, y nuestra aparición y desaparición aquí en la tierra la ha fijado ya nuestro Dios. pero nos ha dado un segmento de tiempo aquí en la tierra para que podamos servirle a Él y servir a los demás con alegría y sencillez de corazón.

Hubo un día en que El, por su misericordia se encontró con nosotros cuando ni le conocíamos y nos hizo ver que hay una vida eterna mas allá del sol, que esto que vemos y palpamos no es todo, nos hizo anhelar esa vida, nos dio fe y ese empuje nos concedió las fuerzas para vivir de forma diferente a como habíamos vivido hasta entonces, buscando saciarnos con las cosas de arriba, espirituales y dejar todos los pesos que nos impiden volar hacia la libertad gloriosa de los hijos De Dios. Ya no nos podemos conformar a los bajos deseos que antes teníamos porque éramos ignorantes de algo mejor y deseamos cosas diferentes que nos acerquen a Él y nos hagan mejores personas.

Aprovechemos bien el tiempo para buscar reconciliarnos y acercarnos a Él, dejemos la forma de vivir que no agrada a Dios y pongamos nuestra meta y propósito en la eternidad, porque los días son cortos, el tiempo pasa volando y cuando menos te lo esperes estarás delante De Dios y escucharás esas palabras diciéndote: ¿Que has hecho con el tiempo que te di en la tierra? ¿Qué has hecho con los talentos que te di? ¿Que has hecho con Jesús?

Parábola de los talentos (S.mateo 25:14-30)

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