"...con todo yo me alegraré en Jehová y me gozaré en el Dios de mi salvación" Habacuc 3:17-19
La fé más grande para mi es la fe probada, la fe en medio de la pérdida y de la desesperanza.
Voy a contar la historia de los tres hebreos, ellos nos dieron una lección de fe, digna de los heroes de hebreos 11:
El Rey Nabucodonosor había levantado una estatua de oro y mandó que todo el mundo al sonar la música se postrara delante de esa estatua y la adorara y que todo aquel que no se postrare y adorare la estatua fuese echado al horno de fuego
pero había tres varones judios que desoyeron la orden del rey y no se postraron ni adoraron a la estatua por lo cual el rey mandó que fueron echados al horno de fuego ardiendo.
cuando estos hebreos fueron interrogados por el rey dijeron que el Dios al que ellos servian los libraría del horno de fuego
Hasta aquí todo bien, la fé que tenían ellos de que Dios les iba a librar fue admirable, aunque lo verdaderamente admirable y grande es lo que dijeron despues: "...y si no nos libra tampoco adoraremos la estatua que has levantado"
Estaban dispuestos a morir aunque Dios los abandonara y no los librara. Esa es la fe más grande porque no es egoista, es pura y no se basa en lo que Dios nos da sino en lo que Dios es.
Me imagino al angel de Dios puesto en pie aplaudiendo esa fe y acudiendo a caminar con ellos en medio de las llamas. Algo parecido a lo que pasaría siglos más tarde con los mártires de la Iglesia, que fueron recibidos en Gloria por el mismo Jesús puesto de pie. Hechos 7:54-56
Los tres hebreos: Daniel 3
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