LA LLEGADA



Había una vez, en el lejano oriente,  una pareja de Galileos que iban camino a Belén, obligados por la orden de un  gobernador.
 El, un joven carpintero y ella, embarazada a punto de dar a luz.
Nadie les pagó el viaje, que tuvieron que hacer a pie, y requería que se cruzara toda la región de Samaria y se cubriera una distancia de al menos 120 kilómetros. Esto no era fácil para una mujer en circunstancias normales, así que podemos imaginarnos cuán estresante debió haber sido para ella viajar a pie o sobre un asno en los últimos días de su embarazo.
Cuando llegaron a Belén despues de semejante cansador viaje  se encuentran con la ciudad abarrotada de gente y no encuentran sitio en ninguna posada. ¿Qué posadero no se apiadaría de una joven mujer a punto de parir para darle un sitio donde dormir? Sin embargo donde iban la respuesta era "está todo lleno, no hay sitio"
Al fin alguien se compadece de ellos y les presta un lugar para descansar en una cuadra maloliente llena de estiercol y animales sucios, en esa atmosfera ella dio a luz a un niño, con todos los dolores que un parto conlleva,  en tierra extraña, extenuada, repudiada y cansada de tan largo y dificultoso viaje, sin nisiquiera poder asearse en condiciones.Y puso al niño envuelto en pañales en el lugar donde comian los animales.
Al poco tiempo tuvieron que salir corriendo de noche de aquel lugar porque venian a matar al niño.
 Y vivieron en el destierro hasta que pudieron volver otra vez a su tierra con el niño.

Ese niño se llamó Jesús  y su madre María.

Así fue la aparición del hijo de Dios en escena. No fué precisamente como hubiesemos imaginado su nacimiento.
Pero fue necesario que padeciera todo esto para poder entender las miserias de los seres humanos.

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