MI CONFIANZA ESTÁ EN TI



Eres el dueño de mi vida, en ti esperaré, mi confianza está en ti.

Mis debilidades, como perros hambrientos me pueden atacar una y otra vez, pero al final mi pequeña fe vencerá como una pequeña luz vence a las tinieblas más tenebrosas.

El Señor es mi luz, y cerca de él nos sentimos sucios porque la luz lo manifiesta todo, pero esa misma condición nos lleva a caer postrados a Sus pies y clamar con todas nuestras fuerzas diciendo:
"Señor, jamás dejaré de confiar en ti, eres el dueño de mi vida".

No hay comentarios:

Publicar un comentario