Contrato de propiedad.
Dios dio al hombre el dominio sobre la tierra para que se enseñoreara sobre ella y la disfrutara. Le dio autoridad sobre todo lo creado. Y el hombre, al pecar, desafió al creador, le dio la espalda a El y le entregó ese título de dominio a Satanás. Por eso él es llamado el Príncipe de este mundo.
Ahora, si yo tengo una propiedad y te la doy a ti, es tuya, ya no tengo autoridad sobre ella, pero si tú se la das a un tercero, tampoco tengo autoridad sobre ella. Aunque Satanás consiguió el dominio de forma ilegal, con astucia y engaños, el hombre puede volver a recuperarlo, pero Dios, como Dios no puede, tiene que ser un hombre, por eso Él se hizo hombre para arrebatar al diablo el dominio y la autoridad que le había usurpado al hombre en el principio.
El diablo aunque teme a Jesús como Dios, más lo teme como hombre, Jesús decía que él era el hijo del hombre. Y eso le ponía nervioso al enemigo, pues podría perder el dominio y la autoridad sobre esta tierra.
Y nosotros, como iglesia del Dios viviente, tenemos las llaves en nuestras manos. El problema es que la iglesia está esperando que Jesús venga pronto para derrotar al diablo y sus huestes y Jesús está esperando que la iglesia tome autoridad y venza al diablo y sus huestes para poder venir.
Empieza quitándole al diablo el poder sobre tu vida. Si la entregas a Dios él ya no tiene autoridad sobre ella.
Colosenses 2:14
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