El clamor del justo. 



Salmo 34.15 “los ojos de Jehová están sobre los justos, y atentos sus oídos al clamor de ellos”

Jeremías 33.3 (el numero de teléfono del cielo) “clama a mi y yo te responderé.”

Ciertamente Dios no está muy lejos de nosotros cuando clamamos a él. El clamor es algo más profundo que la oración común. En la Nueva traducción viviente de la biblia se traduce como “grito de auxilio”.

Dios oyó el clamor de todo un pueblo cuando estaban en servidumbre en Egipto y mandó un libertador.

Y otras veces escucha el clamor “en silencio” de una sola persona que está en angustia como Ana, la madre del profeta Samuel.

José, vendido por sus hermanos y encarcelado injustamente en un país extraño, primero clamó a sus hermanos que lo sacaran del pozo y luego clamó a Dios que lo sacara de la cárcel. En ambos casos no fue auxiliado inmediatamente.

Me viene a la mente la escena en que Pedro está andando sobre las aguas para ir hacia Jesús y, al ser consciente del fuerte viento y las olas, empieza a hundirse, en ese momento clamó: ¡Señor sálvame! Y enseguida Jesús tomó su mano y le salvó. Ese fue un verdadero clamor y fue auxiliado al instante.

La promesa está ahí: “clama a mi y yo te responderé…” pero hay veces en que el tiempo del cumplimiento de esa promesa se puede tardar un poco, no desesperes, Su oído está atento, El ya conoce las peticiones de tu corazón antes que salgan por tus labios. Pero los tiempos de Dios no son los nuestros. Espera y recibirás el pronto auxilio o el tardío auxilio.

Recuerda esto: “ Su oído está atento a tu clamor…”

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